sábado, 2 de agosto de 2008

Viernes 1 de agosto

A ver si me acuerdo de todo, porque había anotado al mediodía algunas cosas pero no encuentro el papelito. 
Me desperté a las 7.20 pero me levanté creo que a las 8.20. Como tengo ropa para elegir me puse una pollera que nunca había usado. Mala idea: hubo un viento terrrrible todo el día y la pollera se me volaba para todos lados.

Salí del hotel rumbo a la Catedral de San Pablo. Fui caminando hasta la estación de subte de Holborn pero me pasé y tuve que volver unas cuadras, estaba preocupada porque eran las 9.30 y se supone que es la hora pico, pensaba que el subte iba a ir muy lleno pero tienen una hora pico de morondanga pobres, no saben lo que es viajar como ganado en la línea C.
Me bajé en la estación St. Paul´s y caminé hasta la Catedral, está ahí nomás, pasé por unos jardincitos y llegué a la puerta oeste. Es grande la Catedral de San Pablo, eh, no vayan a creer, miren cómo será de grande que no pude sacarle una foto con mi cámara porque no entraba. 
Ahí había que pagar diez libras para entrar y yo mostré mi carnecito que dice "TEACHER" y pregunté si no me hacían un descuento y la chica me dijo que me hacían una "concession" y me cobró nueve libras. Lo feo es que la entrada se paga ADENTRO de la Catedral, ese intercambio de dinero en la casa del Señor es un poco feo.

Hay de todo para ver, monumentos, esculturas, órganos, puertas, cosas escritas por todos lados, banderas, cuadros, instalaciones, videos, efigies que sobrevivieron el incendio de 1666 en que se quemó casi todo Londres por culpa de una panadería, etc.
La cúpula es enooooorme, tiene como 32 metros de diámetro. O 38, no me acuerdo. 

Después de prender una vela votiva subí a las galerías. La primera es la galería de los susurros, hay que subir 157 escalones. Se llama así porque lo que uno dice en un lado se escucha en el otro, es una cuestión física que todos conocemos. Estuve un rato ahí mirando para abajo y para arriba (la cúpula es impresionante). Después subí a la galería de piedra, son 119 escalones más. Esta escalera es más complicada, angosta y los peldaños son más altos. En algunas partes hay que agachar la cabeza para no chocarse con el techo.
La galería de piedra está en la parte externa de la cúpula y hay mucho mucho mucho viento. Se ve lindo Londres desde las alturas. Saco unas fotos y subo a la última galería, la Galería Dorada. Como 130 escalones más, esta vez de una horrible escalera caracol metálica. Arriba hay más viento todavía, doy la vueltita y bajo.

Después de visitar las galerías bajé a la cripta, está la tumba de... de quién era? Hay varias pero uno es el importante, creo que era Nelson. 
También está la enfermera, Florence Nigthingale, que fue una enfermera tan buena tan buena que tiene su propio museo. 

Más allá están los baños, la cafetería, el negocio que vende postales y de todo con la imagen de la catedral y de Londres. 
En la cafetería pedí un capuchino y una banana. 

Cuando salí de la catedral crucé a un puesto de información turística que hay enfrente y agarré folletos y folletitos. Crucé en Thames por el Millenium Bridge que es un puente peatonal, y llegué a la Tate Modern. Ahí estuve varias horas, es enorme, y hay muchas cosas diferentes e interesantes para ver.

Me gustaron muchas cosas pero eran tantas que voy a ver si me acuerdo ahora qué era lo que más me había gustado.
Cuadros: me gustó el caracol de Matisse que no sabía que era tan grande, o sí pero no me lo había imaginado así de grande. También me gustó uno de Magritte que se llama Señor leyendo el diario, o algo así. 
Videos: había uno asqueroso que no me gustó pero lo tengo que nombrar, en realidad no era un video sino varias proyecciones en una sala, de un lado un proyector de diapositivas y tres de DVDs, y en la pared de enfrente uno de diapositivas y dos de DVDs. Las imágenes se superponían en partes, y mostraban cosas asquerosas y repugnantes, entre ellas a uno que tomaba ketchup directamente del frasco. Eso era de Paul Mc Carthy. Había otro video, que eran dos proyecciones en dos paredes en ángulo recto, de dos personas que se filmaron mutuamente mientras corrían creo que describiendo una circunferencia. Las imágenes eran en blanco y negro y eran dos proyectores de película. Y otra que sí me gustó se llamaba Psi Girl, no me acuerdo la autora. Mostraba imágenes de cinco películas en las que las protagonistas tienen poderes telekinéticos. Y una prendía fuego a la cosas. Yo había visto dos de las películas, no sé cuáles eran las otras tres, lo leí ahí pero no me acuerdo ahora. Se proyectaban las cinco imagenes a la vez, una al lado de la otra, cada una saturada con un color, amarillo, violetita, celeste, naranja y verde. Había una música que acompañaba las escenas, no se escuchaba el audio original, y en las escenas se mostraba cómo empezaban los episodios y la música iba in crescendo junto con la acción en las películas hasta que llegaba a un clímax y se cortaba la proyección, y hacía como un enroque mezclado, cambiaban de lugar las películas y los colores también, y volvía a empezar todo. 
Me gustaron unos afiches de propaganda rusa. Me gustaron los objetos de Fluxus. Me causaron gracia las mesitas de Grippo.
Había una instalación que se llamaba Treinta piezas de plata. La autora juntó muchas cosas de plata, cubiertos, teteras, fuentes, hasta un trombón había, y las aplastó con una máquina, quedaron todos achatados. Después los colgó del techo a 20 cm de piso, juntando las piezas de manera tal que se forman círculos, en total son treinta círculos.
No me acuerdo qué más, había muchas cosas.

De ahí fui caminando hasta otro puente que no me acuerdo el nombre, en el camino lo ví a uno tocando un instrumento que yo había visto una vez, le pregunté cómo se llamaba y me dijo Hang Drum, o algo así, y estuvimos un rato ahí hasta que vino uno de seguridad y lo echó. 
Me dijo que había estado en Buenos Aires y en Rosario, y que se había quedado sin plata acá por tomar mucho, y que comió muchos asados.

Llegué al puente y crucé agarrándome la pollera porque el viento ahí era mucho, y el pelo se me volaba para todos lados, llegué toda despeinada al hotel. Después de cruzar el puente tomé un colectivo de esos que le gustan a mi papá, los de dos pisos.

A las seis fui al London Coffee Shop en el Royal National Hotel, ahí teníamos la reunión previa al tour que empieza mañana. Casi le entendí la mitad de las cosas al guía. Había mucha gente porque empiezan tres tours mañana.

De ahí volví al hotel y salí otra vez, a Picadilly y a Trafalgar, hay mucha gente por ahí, todos van y vienen en grupos como locos de un lado para otro, hablando por teléfono para encontrar a uno que está perdido.

Entré en una galería llena de locales que venden recuerdos de Londres, había un local que se llama Octopus que era una bizarreada, lleno de cosas colorinches y de plástico, la cosa es que después de un rato de estar ahí me empezaron a gustar y me quise comprar todo, pero no compré nada porque no puedo despilfarrar el dinero en cosas de plástico. 

Entré en un localcito (siguiendo mi estilo debería escribir "localito" pero no queda bien) de comida china y me senté a comer. Había dos comiendo en una barra, y uno le pregunta a una china del negocio cuánto había pagado por la comida esa, y la china le dijo que seis libras y el le preguntó si era un chiste y le empezó a criticar la comida. Un chino que había ahí le preguntó de dónde era, y él dijo "de europa, el mejor país del mundo" y a mi me hizo reir y dijo algo de mí que me había reído pero no entendí lo que dijo y vino a mi mesa y me preguntó si se podía sentar conmigo. Con la simpatía que me caracteriza, le dije "No". Entonces me preguntó de dónde era y yo le dije que de Argentina,  y me preguntó "no te gusta la gente europea?" y yo iba a contestarle "No me gusta la gente" pero preferí  no hablarle más, así se iba. El chino le pidió que se fuera,  y se levantó y buscó a su amigo pero su amigo lo había dejado solo y no sabía qué hacer. Por fin se fue y yo salí, tomé el subte y volví al hotel, preparé la valija, hablé con papá, y ahora me puse a escribir porque no me puedo dormir. Tengo miedo de quedarme dormida, y creo que es lo que va a suceder finalmente, como en las profecías autocumplidas, porque son casi las tres y tengo que estar saliendo a las 6.30. En fin. 

2 comentarios:

Silvana dijo...

Qué buena crónica Ro! ... mirá que a mi me da mucha fiaca leer posts largooosssss, pero con el tuyo llegué al final!
No conozco el Caracol de Matisse (mejor dicho: no conozco muchas cosas). La época que más me gusta es la de "recortes" y es la que más conozco!
Te dejo un abrazo
PD: Me reí mucho con ese que sacaste carpiendo cuando te preguntó si se podía sentar!
PD2: Dale, subí alguna fotito!

Silvana dijo...

Jajaja ... acabo de buscar al famoso "caracol" en google y veo que es de la época de "recortes" ... no lo conocía (ahhh ... chica de poco mundo!).
Supongo que la inmnesidad de la obra será impactante ... me dan ganas de verla!
Besos