domingo, 10 de agosto de 2008

Sábado

Me desperté 6.30 con el despertador de Andrea que se levantó, lo apagó y se volvió a acostar.
Yo me levanté, hice todo lo que tenía que hacer (ir al baño, vestirme, lavarme los dientes, esas cosas) y antes de las 7 ya estaba lista y tenía que esperar a las 7.30 para ir a desayunar. Decidí salir a caminar e ir hasta la catedral de Liverpool pero a las cuatro cuadras me arrepentí porque hacía frío y además no me iba a alcanzar el tiempo para ir y volver.
Igual saqué unas fotos de unos edificios y de uno de los corderos-banana que hay por todos lados.
Ah, ¿no les conté? Hay algo llamado superlambbanana (super cordero banana) y hay por toda la ciudad unas esculturas muy simpáticas que son mitad cordero y mitad banana.
Volví al hotel y me compré una botella de agua en el camino.
Fui a desayunar. El café es horrible por más que le ponga leche, es feo feo.
Después del desayuno subí a buscar mi valija y mi mochila y las bajé para cargarlas en el micro.
Salimos un poquito más tarde de las ocho porque había que acomodar primero las valijas de los que seguían en el tour rumbo a Irlanda y después las valijas de los que nos volvíamos a Londres.
Me senté con Asami en el micro.
A media mañana paramos en Chester, es muy linda la ciudad, pero llovía y sólo teníamos una hora y media para ver lo que quisiéramos. Yo quise ir a la Catedral pero no entendí bien la señalización y di un rodeo que me hizo por un lado perder tiempo y por otro conocer el mercado y encontrar un baño. Acá en el Reino Unido los baños públicos están casi siempre muy limpios, son espaciosos y tienen papel higiénico. En algunos además el agua para lavarse las manos sale tibia o hay canilla de agua caliente y fría.

Paréntesis (En todos los hoteles en donde estuvimos había secador de pelo, aunque en uno no funcionaba. Y en todos había también una jarra eléctrica para calentar agua y montañas de saquitos de té y sobrecitos de café y potecitos de leche y sobres de azúcar, y en casi ninguno había edulcorante.)

Decía: fui a la catedral de Chester, saqué algunas fotos y después compré un librito que habla de la ciudad de Chester y tiene lindas imágenes.

Volví al punto de encuentro a las 10.15 y fuimos caminando bajo la lluvia hasta el micro. Por suerte yo me compré en Londres un paraguas.
Seguimos viaje en el micro rumbo a Gales, y paramos al mediodía en Conwy en donde hay un castillo y una muralla que rodea el pueblo. Ahí se bajaron del micro primero los que siguen en el tour, y ya en el micro CHE (porque en ese momento me enteré de que así se escribe su nombre, todo el tiempo pensé que era Chay porque así lo pronunciaba, pero resulta que no, que era Che) nos dio a los que volvíamos a Londres una encuesta que hace Contiki (que es la empresa que organiza los tours) que teníamos que contestar y que tiene unas tiritas con adhesivo para entregarle selladas, y nos pidió que por favor no la perdiéramos porque por cada una que no entrega le cobran a él una multa. También nos dio dos sobres para que si queríamos le diéramos una propina a él y otra al chofer del micro; el día anterior todos hablaban de cuánto le iban a dejar de propina, decían que lo usual es dejarles 2 libras por cada día que duró el tour a cada uno, eso haría un subtotal de 18 libras a cada uno y un total de 36 libras, lo que multiplicado por 6 es 216 pesos argentinos, y como yo vengo del tercer mundo no les dejé nada, porque para dejar chaucha y palitos mejor no dejar nada. Además el chofer no me caía bien y no le entendía nada cuando hablaba, aunque la verdad es que manejaba bien, dando prueba de ello en Conwy al pasar por una puertita de la muralla que es apenas más ancha que el micro y que está en una curva…
Decía: Che nos dio el papelito con la encuesta y después cada uno se fue por su lado. Yo no quise entrar al castillo y caminé por ahí, en eso ví un cartel con una flecha que decía “Smalest House” y fui para ahí. La casa más pequeña de Gran Bretaña es una casita chiquitita que dice el mito que fue construída por un pescador, está en la costa. No sé si es cierto, para mi que la hicieron para el turismo nomás. Igual no entré porque había que pagar una libra y yo no tenía cambio, pero le saqué una foto.
Saqué fotos ahí de la costa, hay algo que se llama River Festival pero todo el mundo estaba más bien en los preparativos. Saqué unas fotos del castillo también.
Volviendo al punto de partida vi un café y fui para ahí para tomar algo y contestar la encuesta de Contiki y meditar lo de las propinas. Tomé un capuchino, comí un sandwich de queso, jamón y cebolla (muy rico), contesté la encuesta, medité lo de las propinas y llegué a la conclusión de que mi decisión original de no dejarles nada era correcta.
Me fui de ahí rumbo al micro, la despedida fue muy emotiva para varios, Asami lloraba y decía “Thank you” a todo el mundo y daba abrazos (ella sigue rumbo a Irlanda).
Bajamos nuestras valijas del micro y el micro que tenía que llevarnos a Londres no llegaba, no llegaba, Che llamó por teléfono y le dijeron que estaban cerca pero no llegaban, no llegaban, y Che nos dijo que nos iban a tener que dejar porque ellos tenían que tomar un Ferry y estaban atrasados, pero que nos quedáramos tranquilos porque él iba a estar llamando para asegurarse de que nos fueran a buscar y que además el micro estaba muy cerca, y estaba diciendo estas cosas cuando apareció el micro.
Cargamos las valijas, y nos dijeron que salíamos en 20 minutos asi que fui a la calle principal y compré unas postales.
Nuestra guía hasta Londres se llama Claire y cuenta historias divertidas durante el viaje, aunque son muy largas.
A las cuatro paramos media hora en un lugar que hay por ahí, tomé un café y actualicé mi blog porque hay uerlei gratis.
De ahí seguimos rumbo a Londres, dos horas y media más en el micro, la verdad es que ya no soportaba más el micro, menos mal que llegamos.
Andrea se queda esta noche en el mismo hotel que yo. Nos dieron una habitación single a cada una y los demás que también se quedaban esta noche en Londres se pusieron celosos cuando les contamos.
A las 20.30 nos encontramos en un pub para cenar, eramos diez, casi todos pedimos fish and chips, algunas chicas aprovecharon para contar chismes durante la cena, hasta que aparecieron los chicos y se pusieron a hablar de otra cosa.
Cuando terminamos de cenar Andrea y yo nos vinimos para el hotel y nos despedimos en el lobby del hotel.

Cuando escribo todo lo que hice el mismo día que sucedió la crónica resulta más larga y detallada, quiere decir que mañana o pasado ya no me voy a acordar de todo esto.

Me di cuenta de que voy a tener que comprar otra valija porque adquirí varias cositas, no es que sea mucho, pero si pongo todo en la valija que tengo va a sobrepasar el peso permitido en el avión y voy a tener que pagar un montón de multa, es preferible por el mismo precio comprar otra valija (porque puedo despachar dos valijas), y después me queda una valija, en cambio si pago multa después no me queda nada.
Aunque se me va a complicar para llegar al aeropuerto en subte con dos valijas… ay dios mío, ¿qué hago?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Recién ahora entiendo la etimología de uerlei, bueno necesitaba tiempo, no es fácil...
Podés comprarte una valija con rueditas y que no sea muy grande, o comprar la valija pero meter todo en la que tenés y recién en el aeropuerto llenar la valija nueva... igual no entendí bien lo del exceso pero bueno se me ocurre eso...
Pobre Asami, ahora rumbo a Irlanda se va a feelir más lonita...
besote enorme!!! seguimos en Londres no??? Pauli :)

La Yoica dijo...

Aplaudo tu decisión no-propinera. Hubiera hecho lo mismo, como podés suponer. La propina es un vicio. No debería existir. !Abajo toda clase de propinas!
Si tenés que comprar una valija, es que los genes funcionan bien, ¡adelante!