martes, 5 de enero de 2010

Sábado y Domingo

Sábado 2/1/2010

Me desperté con los ruidos del plomero (o sanitario como le dicen acá) que estaba arreglando las canillas que perdían, en la cocina y en uno de los baños.

Mientras el hombre estaba trabajando escuché que sonaba el teléfono y mi mamá hablaba con Celinita que le decía que estaba viniendo para acá. Me levanté y al ratito se fue el sanitario y llegaron Celinita, Alvarito y Karina.

Estuvimos charlando y tomando mate todo el día. Alvarito y Karina fueron a la playa y volvieron a la tardecita, y seguimos tomando mate y charlando.

Después se fueron, y no me acuerdo qué hicimos. Ah creo que fuimos a cenar al puerto, a La Marea, en donde pedí mejillones a la provenzal.

Ah me olvidé de contar que fuimos a comprar helado antes de que volvieran Alvarito y Karina, y había como veinte personas esperando antes que nosotros, y tomamos el helado y todavía quedó para otra ocasión.


Domingo 3/1/2010

Mamá fue a misa a las 10.30 y después nos fuimos a La Paloma. En el camino escuchamos a Jaime Roos. Llegamos y notamos algunos cambios pero casi todo está igual que la última vez que fuimos, hace... no sé cuánto hace, hace unos años. Ponele en el 2004, 2005.

Pasamos por nuestra ex casa, Koloma, que sigue teniendo el mismo nombre pero en carteles nuevos, y un cartel viejo de los que hicimos nosotros todavía está en el frente de la casa que da a la calle Venus. Aparentemente cambiaron el techo (de quincho) porque pusieron una chimenea gigante.

Algunos comercios han ampliado sus instalaciones, otros no están más, hay alguno nuevo... el señor que hacía los lomitos de pejerrey fritos no está más, almorzamos ahí, parece que el señor se murió y la mujer vendió todo a un uruguayo que vive en Estados Unidos, y los que están ahora lo alquilaron por dos temporadas, a ver cómo les va, eso nos dijo el muchachito que hacía las veces de mozo.

Ahí pedimos miniaturas de pescado, rabas, y buñuelos de algas.

Después fuimos a dar unas vueltas, y fuimos a tomar mate a la playa del faro. Ahí conseguimos un poquito de sombra. Yo me había puesto mi bikini violeta en el auto, y ahí me puse mi pareo verde y me bañé en protector solar primero y en el mar después.

De la playa fuimos al supermercado Los Molles, a comprar jamón crudo y bondiola, y algunas cosas más que no me acuerdo, y después a la confiería La Farola, a tomar un café y a usar las instalaciones sanitarias (el baño).

Y nos volvimos a Punta del Este, escuchando en el camino la banda sonora de la película Juno y después a Joaquín Sabina en el único disco que tengo de él que en realidad no es mío sino de mi mamá, Física y química. Mi mamá me contó que había visto un reportaje que le hicieron a Sabina en el cual contaba que había estado mal, deprimido, etc. y que una amiga lo había ayudado a salir de su depresión y que no sabía si iba a volver a cantar. Yo eso ya lo escuché, no sé si es que le volvió a pasar o que el reportaje era viejo.

Llegamos a Punta del Este, mi papá fue a ver si conseguía unas gotitas que necesitaba para su ojo y que justo se le terminaron, y mamá y yo fuimos a caminar por Gorlero y a ver si podíamos comprar las entradas para un espectáculo que van a presentar en el anfiteatro del establecimiento de Lapataia que es una fábrica de dulce de leche. Fuimos a "Cambio Nelson" en donde se suponía que nos iban a vender las entradas pero la señora que nos atendió nos decía que "si las puedo sacar... no sé si se puede... " y al final no se pudo porque había que pagar en efectivo y no teníamos efectivo.

Volviendo al departamento compramos dos libros, uno para mí y uno para papá, y entramos en Dante que tiene desde un escarbadiente a un elefante, y en el Quijote que tiene de todo y cosas importadas que necesito, necesito todas esas cosas y no sabía que las necesitaba pero ahora no puedo dejar de pensar que existe un cuchillo para cortar lechuga que no tengo, y un implemento para cocinar choclos en el horno a microondas que tampoco tengo, y no sé cómo voy a cortar lechuga y cocinar choclos de ahora en adelante. También hay latas de paté que valen 20 dólares y también las necesito.

De vuelta en el departamento cenamos fiambre y pan y queso y unas hojas de rúcula y unos brotes de brócoli. De postre comimos el helado que había sobrado ayer, y tomamos café.


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